«Actualmente la educación ya no pivota en los dos pilares fundamentales, familia y escuela, sino que se asienta en un trípode, con una nueva pata que son las nuevas tecnologías» como Internet. Lo constatan Antonio Gabela y Carmen Marta en su estudio «Consumos y mediaciones de familias y pantallas. nuevos modelos y propuestas de convivencia» integrado en el proyecto Pantallas Sanas de la Comunidad de Aragón (2008). Sus conclusiones ahondan en la necesaria intervención de los padres para un consumo sano y no adictivo de Internet.
«Ningún niño o niña se resiste a una actividad compartida con sus padres, a una propuesta que se interesa por lo que les gusta, una partida de videojuegos o ver la televisión juntos. La mediación de los padres y madres en un entorno multipantallas, permite desarrollar un consumo sano y autónomo en familia».
El estudio, realizado con 127 padres de Aragón constata que «la principal razón por la que utilizan Internet es para aprender o como medio para realizar las tareas escolares. Estas funciones no se corresponden con los usos reales».
Además del mal o buen uso de Internet, se destaca un aspecto muy significativo de cara a comprender la dificultad de conocer cómo utiliza un hijo internet:» [aunque] el ordenador en la habitación sirve para hacer los deberes escolares, en realidad se utiliza para comunicarse (messenger) y para el ocio (juegos en red)».
«La salud de los niños y jóvenes actuales, depende en gran medida de la calidad en el aprendizaje del consumo sano alrededor y hacia las pantallas. La dieta audiovisual y multimedia condiciona su visión, valores, aptitudes, comportamientos, hábitos y convivencia en relación con el resto de contextos de pertenencia y referencia».